La colección de arte bruto fue inaugurada en el Château Beaulieu de Lausana en febrero de 1976 y reúne en la actualidad más de 20.000 objetos. A pesar de la reciente rehabilitación, el simpático palacete acoge con dificultad la colección, utilizando hasta el límite sus recursos espaciales. Los muros y parte del techo abuhardillado están completamente cubiertos de pinturas, grabados, esculturas y máscaras, creando un efecto barroco, abigarrado y oprimente, en el que los autores casi se superponen y que acentúa la fuerza de los trabajos expuestos
Según Michel Thévoz, crítico de arte y antiguo director del museo,
La colección de arte bruto constituye por decirlo así un antimuseo, consagrándose a creadores ajenos al mundo del arte, inventando de esta manera un sistema original de expresión. El visitante debe esperar enfrentarse a modos de pensar y de sentir completamente extraños a nuestras normas culturales. La visita al museo supone pues una prueba para el visitante. Se desaconseja vivamente la visita a comadronas, enfermos de los nervios y ¡ah!: prohibido tomar ácido antes.