Os cuento cuales son mis objetivos en mi visita del tercer día al gran MET. Lo primero foto en las escaleras (que ya os enseñaré) en plan Gossip Girl, jeje, y luego al lío.
El museo en cuestión no es cosa de broma, tiene 3 plantas de lo más completitas en las que podrías perderte durante meses y continuar a cada paso maravillándote con sus obras. Alberga arte de todo tipo, desde Mesopotámico o Griego hasta una sala de armaduras o arte Chino y Coreano.
Mis visitas obligadas serán (o más bien están siend, si esq consigo q esto se publique el día que pretendo): Perseo y Medusa, ya que adoro la escultura y si es basada en la mitología "greco-romana" o en los emperadores (romanos también) pues mejor. Lo que tengan de Van Gogh, que si no me equivoco va desde el Autorretrato al Café Nocturno (que es uno de mis favoritos de este pobre hombre).Siguiendo con la pintura buscaré como las locas las obras de Degas, aunque no he podido concretar que tienen exactamente de él, sé que hay alguna escultura de bronce e imagino que algo más habrá.
Para rematar me haré unas fotillos en el templo egipcio (si, si, cogieron uno y se lo llevaron enterito hasta NY) y todo lo que caiga por el camino, claro, que no será poco.
Al atractivo general de este pedazo museo se suma su situación en plena Quinta Avenida, la sala donde está situado el Templo de Dendur cuenta con vistas al mismísimo Central Park. Con esta situación no es de extrañar que el arquitecto pensara hacer una azotea para el público del museo. La creó, y además de albergar exposiciones temporales, desde ella se puede ver el gran parque y el skyline de la ciudad.
El museo se inauguró en 1872 gracias al ferroviario Robert Lee Jenkins, que donó su colección privada y que fue el primer presidente de la institución neoyorquina.
El Metropolitan Museum of Art es uno de esos museos imprescindibles que ver en Nueva York y con suerte yo ahora mismo estoy en ello, jeje.
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