Sin duda (y dada mi afición tétrica a los cementerios hablo con cierto conocimiento) este es el cementerio más curioso que he conocido nunca, se encuentra en un precioso y tranquilo parque y es un verdadero tesoro londinense.
Se construyó por un filántropo de la ciudad (George Frederic Watts) deseoso de dar su lugar a los miles de héroes anónimos de la época ý en su honor quiso dejar constancia en sus lápidas de la forma valerosa en la que habían muerto.
Entre el Museo de Londres y St Paul
Londres
1 comentarios:
Ya sabes que a mi también me gustan los cementerios, pero en 3 semanas he tenido que ir a 2 entierros... Cómo es lógico, como cambia la cosa...
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